domingo, 22 de noviembre de 2009

el columpio

Las formas de crecimiento son tan únicas, como únicas son las formas de vencer nuestros demonios e infiernos interiores.

Las formas de crecer en mi vida han venido no de golpes bajos o traiciones, tampoco de la necesidad económica, no de enfermedades incurables o accidentes fatales, mucho menos de pérdidas familiares, afortunadamente.

La forma en la que mi esencia geminiana manifiesta sus ganas de revolución es por CICLOS, por períodos muy específicos de tiempo, OTOÑO-INVIERNO EN AÑO IMPAR, malditos gemelos zodiacales. Por la repetición del fenómeno podría llegarse a pensar que más que ciclo es un patrón no muy positivo, como el caminar en círculos, ¿cual es el inicio, cual el fin, ¿A dónde se llega? ¿Alguna vez se llega?... Esta posibilidad, sin embargo, no me preocupa en lo absoluto, estoy convencida que estos ciclos bizarros es la forma en que mis gemelos inquietos manifiestan su constante búsqueda de renacimiento, de regeneración, de reinvención, de renovación; no me preocupa en lo absoluto porque ellos saben exactamente lo que hacen conmigo.

Ellos piden estos ciclos, exigen el ir y venir, el subir y bajar, el por momentos tocar fondo para después ser lanzados al cielo, el bajar los pies para tomar impulso y luego relajar la cabeza hacia atrás para no pensar y sólo sentir; quieren experimentar el olor del viento en sus rostros, disfrutar de la libertad infantil, provocar la caída algunas veces, para disfrutarla y levantarse más fuertes; me piden a gritos que nunca detenga mi inercia y mi movimiento porque ellos saben que… soy un columpio.

En un inicio no lograba comprender estos ciclos, cuestionaba y refutaba la idea de vivir siempre en ese columpio en constante sube y baja, en constante tocar fondo y volver a salir, algunas veces en la cima, algunas otras casi bajo tierra, algunas en plenitud, otras en época de caos; pero un buen día, cuando mi columpio se encontraba apuntando hacia el cielo y mis gemelos disfrutaban de una felicidad libre y palpitante por los aires, se presentó en mi vida un hombre muy valioso con la asombrosa capacidad de poner en palabras los sentimientos más cautivos, y sin más ni más, sin conocer a mis gemelos, sin saber nada y a la vez leerme a través de mi mirada, me regaló estas mágicas palabras… “Eres un columpio, que se suelta y que no cae, sino que se dispara hacia las estrellas…”

Jamás olvidaré esa frase…

Hoy, otoño-invierno de año impar, mis gemelos están sobre ese columpio cometiendo algunas fechorías y jugadas medio extrañas, en etapa de prueba y error, de caídas y levantamientos, dejándose algunas marcas y cicatrices a propósito para perpetuar sus actos; mis gemelos se han caído varias veces del columpio, ¿ha dolido? SI. Pero no me importa sentir ese dolor, cansancio, o hastío porque se que mis gemelos están intentando nuevas maromas y peripecias, se que se están esforzando arduamente por lograr algo asombroso sobre el columpio. Porque confío en ellos y porque se que después del otoño-invierno de año impar siempre llega una primavera refrescante y brillante que engrandece mi espíritu, renueva mi alma y refuerza mi esencia, es que hoy le sonrío al dolor de las caídas.

Mis gemelos en este momento se están muriendo de la risa porque por su naturaleza libre, su esencia soñadora y su magia sideral ”no les basta con saberse vivos, sino buscan cometer actos para sentirse vivos”, porque saben que mientras más duela la caída al levantarse se habrán convertido en seres más fuertes e invencibles. Porque buscan “vivir nuevas cosas, estar agotados, volar y no voltear a ver el piso, sencillamente dejar de fijarse en eso que distrae, para empezar a sentir y cerrar los ojos ya que no existen paredes ni techos que nos detengan.” (jahp)

Disfruto saber que soy ese columpio que el describió.

Disfruto saber que esos ciclos otoño-invierno de año impar, en realidad son el vaivén intenso de mis gemelos para tomar fuerza e impulsarse cada vez más alto… son las vueltas necesarias y no pienso presionarlos… Mis gemelos saben lo que hacen, y se que cada época difícil, es una preparación en mi interior, son mis gemelos bajando los pies al suelo, para tomar impulso y volar más alto, hasta que llegue el día en que finalmente logren llegar a la estrella final.

No importa si hoy estoy arriba y mañana estoy abajo; no importa si hoy estoy sola y mañana estoy acompañada; Seguiré moviendo el aire, el agua y el fuego…


Porque se lo que soy y a donde voy…

sólo debo ser serena y paciente…

pronto este columpio será disparado hacia las estrellas…






1 comentario:

Garza dijo...

No dudes que llegaras a esa estrella, solo preparate para quedarte en ella y contemplar la magnitud del viaje, la distancia, el esfuerzo y disfrutar el dolor que se queda atras. Agradecer a tus gemelos x decidir x ti cuando no supiste detener la inercia de tu viaje.